Pues hoy, al ir a mi tienda de guarradas habitual, se produjo el milagro. Los señores de Panrico lo han hecho realidad y han juntado por fin, el producto con el precursor del mismo. Es de justicia!
De todas maneras las diferencias con el dulce nipón son evidentes, ya que en lugar de el anko -masa de alubias dulces-tenemos el típico chocolate bollycao, pero mola, no veas si mola.
Y encima, la pastita en cuestión viene adornada con la efigie del omnipotente gato azul, pero que grande. Me comeré uno y el otro lo disecaré.